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Resumen

Verá. Mis ñaños y yo salíamos ajuerita de la casa cada cinco minutos, solo un ratito nomás pa’coger aire. Y luego vuelta entrábamos dentro a la casa con la nariz tapada. Con esas pinzas de colgar la ropa mojada nos apretábamos bien duro pa’que no entre olor, aunque igual se metía. Salíamos de casa, volvíamos a entrar, vuelta salíamos: así varias veces, verá. Dios me perdone, yo sé que la-madre-deuno es la-madre-de-uno, pero la plena no aguantábamos adentro demasiado tiempo y eso que, amigo, le cuento que el ventilador de piso estaba prendido a full y las ventanas bien abiertísimas pa’que el viento juerte saque todo pa’juera.

Texto Completo:

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Sección
Cuento